domingo, 12 de enero de 2014

PEQUEÑA PLAZA



Era una pequeña plaza,
de esas que hay en los pueblos,
con campanar un reloj
y fuentecita en el centro.

Rodeada de casonas
con los balcones abiertos,
y macetas de geranios
que bailaban con el viento.

Por la mañana olía a pan,
cocido a leña bien hecho,
por la tarde a los naranjos
que había plantados al centro.

El sol cruzaba muy alto
por el azul de su cielo,
mientras se oían cigarras
y a la sombra dormía un perro.

Mi abuelo siempre decía
que le llamaban Lorenzo,
iba siguiendo a la luna
y dormía tras del cerro.

Las calles tenían historias
que nos contaban los viejos,
mientras mirábamos estrellas
y ellos tomaban el fresco.

Pablito tenia pelota,
el Andrés pillo un murciélago,
Carlos y Gabriel bicicletas,
tu, cometa y ojos negros.

Por los álamos del río
alegre sonaba el viento,
mientras buscábamos nidos
y el reloj marcaba el tiempo.

Tú regresaste a Madrid,
 yo me quede en mi pueblo,
hasta el verano siguiente
soñé con tus ojos tiernos.

Hoy he cruzado la plaza
pequeñita de mi pueblo,
en la fuente juega un niño
que tiene tus ojos negros.
                                
                                     Antonio Villegas Martín