sábado, 18 de febrero de 2023

ASÍ QUE PASEN MIL AÑOS






                                                                                            
Para un poeta de Luna

Así que pasen mil años,
ya todos seremos calvos.

Aún se andarán contando,
viejas historias de antaño.

Si algo contaran de mí,
sí algún día cuentan algo.

Que cuenten que fui amigo,
del poeta Antonio Mayo.

Autor del más bello verso,
y de funciones de teatro.

¡Que cuenten que estuve allí!
¡Y que él me tedio su mano!

Aquella noche de ensueño,
preciosa noche de mayo.

En que la luna quedó.
prisionera de su encanto,

Seducida por su verso,
al embrujo de su teatro.

¡Si algo cuentan de mí!
¡si algún día cuentan algo!

Que cuenten que fui amigo,
del poeta Antonio Mayo.

¡Que yo lo vi paseando!
con la Luna de su mano.

Mientras poetas de luna,
a él le fueron recitando.

Esos poemas que Antonio,
en su pecho fue sembrando.

¡Y si escribieran de Mayo!
¡si de Mayo escriben algo!

Que escriban que era suyo,
el verso que en lo mas puro.
silva el viento ululando.

¡Yo lo escuche en su labios!
Aquella noche de encanto.

¡Si algo cuentan de mí!
¡si algún día cuentan algo!

Que reciten aquel verso
que me hizo Antonio Mayo.

Aquel verso que el me hizo,
lo llevo muy dentro gravado.


Así que pasen mil años,
ya todos seremos calvos.


Pero aun habrá quien cuente,
lejanas historias de antaño.


Si algo cuentan de mi,
si algún día cuentan algo.


Que cuenten que fui amigo
del poeta Antonio Mayo.

                                  Antonio Villegas Martín.
                                           14/02/23




domingo, 12 de febrero de 2023

MI CASA


 Yo vivo en una casa,

que roza en las estrellas,

y tiene una ventana,

con siete grandes hojas.


Por donde yo me asomo, 

para mirar mi ciudad,

sus arboles, sus calles,

la gente paseando.


Edificios y grúas,

farolas alumbrando,

ruidos que en la noche,

ocultando su verdad.


Allá en el horizonte,

un viejo cementerio,

donde moran las almas,

que antes que nosotros,

soñaban por acá.


Vuelos de gaviotas,

surcando  terso cielo,

buscando en la distancia,

el reflejo azul del mar.


Yo habito  esta casa, 

que roza las estrellas,

aunque  no puedo verlas,

el humo de los coches, 

las tiene secuestradas.


Mas esa gran ventana,

que tiene tantas hojas,

me deja ver la luna,

el vuelo de los pájaros.


Y allá  en la distancia,

nubes de terciopelo,

el claro  azul  del cielo,

reflejándose en el mar.


Antonio Villegas Martín

-tiempos de pandemia-