Para los que cuentan cuentos, recitan, tocan o cantan
aunque sus relatos y canciones sean de otros
Soplara como soplara,
fuera brisa o ventarrón,
en sus ojos alegría,
en sus labios una canción.
Yo conozco a mucha gente,
de expandido corazón,
que como únicas armas,
tienen palabras y voz.
Son narradores de cuentos,
rapsodas de bellos versos,
trovadores del canciones,
alquimistas del amor.
Pintando cielos azules,
noches llenas de color,
con la alegría de sus ojos,
con las ondas de su voz.
Quien no ha soñado de niño,
al encanto de aquel cuento,
que en una noche de invierno,
el abuelo nos conto.
Quien no ha vertido una lagrima,
oyendo el dulce poema,
que en una tarde rimada,
un rapsoda recito.
Que espíritu no se ha elevado,
desde su mas remota tristeza,
al son de unas castañuelas,
los acordes de una guitarra,
o la voz armónica de un trovador.
Enervadores de sueños,
transmisores de cariño,
gente que exhala ternura,
lo mismo que allá en el valle,
exhala su perfume la flor.
Antonio Villegas Martín
24/11/20
