Un sudario de lagrimas ajadas.
El aullido de un alma lacerada.
Una queja, casi, la sombra de nada.
Suplicas en un cielo enajenadas.
¿Cuántos Dioses, cuantas creencias?
¡Cuantas piedras estériles, sagradas!
Tierra, donde solo la sangre mana,
entre rezos, plegarias, consagradas.
Bajo un cielo de bombas y metralla,
dictan hombres la justicia pregonada,
por sus dioses de bondad ilimitada.
¡Más el llanto de una madre clama!
¿Cuál era el Dios de esa niña,
que mato la metralla esta mañana?
Antonio Villegas Martín
23/12/23
Yo sé que ese sol caído,
entre tu cuerpo y el mar
tendrá la suerte de estar
mañana otra vez herido.
Para contemplar sentido
esa dicha en tu mirar
pues sé que no hay lugar
más placentero y querido
que el de caminar unido
en la playa de este mar.
Antonio Villegas Martin
Décima
devorando feroz, la luz y la esperanza.
A brotar de mi pecho, un verso alcanza,
más es hijo de odios, y de artimañas.
¡Cuantos rostros sin risas, llenos de lagrimas!
¿ Cuanta soberbia nos cabe, en nuestras almas?
¿ Cuantos holocaustos, nos hacen falta?
para al fin comprender, que es amor lo que falta.
Ese amor que nos eleva, y nos pone alas.
que no sabe de dioses, colores, ni armas.
Antonio Villegas Martín
10/12/23
