Ayer noche llovía
en la tierra en que vivo,
el agua clara lavó
el oscuro de los pinos.
Hoy la luz juega en ellos
y remarca los caminos,
en sus troncos mojados,
pajarillos y sus trinos.
Mas allá del umbral,
de la casa en que habito,
bajo un cielo de luz,
hay un bosque de pinos.
Y un poquito mas lejos
un turquesa divino,
de ese mar que engalana
la tierra en que yo vivo.
Con su luz en mi cara
voy haciendo camino.
Con la luz de ese mar
su turquesa divino,
que pinta de rojo tus labios,
de rosa mis sueños,
y de verde los pinos.
Antonio Villegas Martín
29/01/11
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