El
día ya va llegando
a
su tarde perfumada,
el
sol dormita entre nubes
con
reflejos de oro y plata.
Las
flores danzan al ritmo
que
el Dios del viento les marca.
¡ Abanicos de colores
y oleadas
de calma!
Y yo, como cada tarde
queriendo enlazar palabras,
que
unidas hagan un puente
para
llegar a tu alma,
Para
llevarte las rosas
que
se abren cada mañana,
en
el rosal que tu amor
dejo
plantado en mi alma.
¡El
sol dormita entre nubes
con
sueños de oro y plata!
¡Las
flores danzan al ritmo
que
el dios del viento les marca!
Y
yo, me miro en tus ojos
y
me acurruco en tu falda.
Antonio Villegas Martín
Antonio Villegas Martín