a salvo tras el cristal,
mirando como la lluvia,
va mojando mi ciudad.
Moja coches, moja aceras,
moja gente al pasar,
moja el verde de los arboles,
y los hace lucir mas.
Son las lágrimas de un cielo,
que perdió su claridad,
cansado de que los hombres,
con el dejen de soñar.
Llueve y la lluvia nos cubre,
con su manto de humildad,
haciendo que en nuestras entrañas,
la vida vuelva a brotar.
Llueve dulce y mansamente.
renovando la ciudad.
¡y nacerán nuevas flores!
que esta noche,¡tu planeta soñara!
Antonio Villegas Martín
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