viernes, 17 de abril de 2020

ERASE UNA VEZ




                                                                      
¡Erase una vez que se era!
Un pueblo en una ladera
con cielo de sol y nubes
y por las noches de estrellas


Donde jugaba de niña
allá por las primaveras,
las calles eran de tierra
con flores en las riberas.

¡En la torre de la iglesia!
anidaban las cigüeñas,
con sus picos amarillos
y su finas siluetas.

Por el sendero de la balsa
trashumaban las ovejas
vigiladas por los perros
el pastor y la somera

¡En la casa de mi abuela!
allá por la primavera
siempre olía a miel y dulce
y rosquillas de canela.


                                 Antonio Villegas Martín

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