Suena en el viento un clamor,
ecos de amor y pureza,
que pulsan lo más divino,
que hay en el hombre que sueña.
¡Son los versos de Miguel!
Niño yuntero, hombre poeta,
victima de la intolerancia,
el absolutismo y la guerra.
¡Esa parte tan oscura,
que todo lo humano acecha!
Toda tu vida una lucha,
toda tu vida una gesta,
hasta tu sangre te negara,
tu derecho de volar,
y de alcanzar una estrella.
¡Pero a Ti!
Hijo de la luz y de la sombra,
carne de niño yuntero,
te sobraba el corazón.
por amor, solo por amor,
lo diste entero.
Ahora tu alma es azul,
y es tan ligero tu vuelo,
ahora eres golondrina,
claridad anchura aire,
decidido espacio cielo.
Eres conciencia del pueblo,
vuelves a ser corazón.
no puede callarte nadie,
ni hay dios que pueda,
encerrar tu vuelo.
Siempre tus versos martillos,
verdugos para las cadenas,
que aun quedan niños yunteros,
y mujeres resueltas en luna,
de amor y azúcar sus senos.
Ya tus heridas se han hecho,
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas,
de rememorar tus versos,
y con tu inaudita voz ,
van repitiendo te quiero.
Antonio Villegas Martin
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