domingo, 28 de agosto de 2022

AQUELLA TARDE DE JUNIO




 
 

                                                                                                   




El sol no quería marcharse,
en aquella tarde de Junio,
coronando el alto monte
de calabaza y amarillo.

La noche plenilunada,
de zafiros, salpicada,
por el lejano  horizonte,
también su brillo mostraba.

¡Y era el sol sobre aquel monte!
un lucero desprendido.
Mientras que desde tus ojos,
lanzó sus flechas cupido.

Fue el principio de todo,
todo bello, todo limpio.
Era del amor el tiempo,
de la pasión y el delirio.

Amor que marca y alienta,
del corazón los latidos,
amor que dicta las normas,
a lo largo del camino.

Amor que deja en el alma,
trazos de rosas y lirios,
talvez rias, talvez llores,
¡siempre el amor es perdido!

Pero si sabes amar,
tu corazón siempre guarda,
¡aquella tarde de Junio!

Antonio Villegas Martín
17. 07.22



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