La luz de la luciérnaga,
noches serenas.
Chapoteo de charcos,
noches de estrellas.
Y el aroma del campo,
del que se impregnan.
Mientras juegan con ramas,
entre serbales y majoletas.
¡Son recuerdos de niño!
¡Ay! Quien pudiera,
cuando abre los ojos,
sentir la vida
como antes era.
Antonio Villegas Martín
12/12/11
12/12/11
¡Que tierno! Angeles
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