Y tú, sin saberlo fuiste, lucero de mis mañanas.
Rosal en mi corazón, bajo un sol del medio día.
El campo tras de la lluvia, con su calma, su alegría.
Y por las noches, mí luna, desnuda sobre mis sábanas.
Pero en el amor, no hay dueño, ni patrón qué lo mande.
El Amor es como el viento, se cuela por todas partes.
Buscando siempre una pasión, donde poder aferrarse.
Y así, con ella crecer, y hacer los sueños más grandes.
¡Creí que fue culpa mía! Ahora sé, que no fue de nadie.
Quizás no supimos ver, que hay lunas de media tarde.
Que son soles las estrellas, aunque la noche los tape.
Hoy, cuando ya no te tengo, sé, que mi corazón,
Y por las noches, mí luna, desnuda sobre mis sábanas.
Pero en el amor, no hay dueño, ni patrón qué lo mande.
El Amor es como el viento, se cuela por todas partes.
Buscando siempre una pasión, donde poder aferrarse.
Y así, con ella crecer, y hacer los sueños más grandes.
¡Creí que fue culpa mía! Ahora sé, que no fue de nadie.
Quizás no supimos ver, que hay lunas de media tarde.
Que son soles las estrellas, aunque la noche los tape.
Hoy, cuando ya no te tengo, sé, que mi corazón,
es, un poquito más sabio, un poquito más grande.
Y busca tras la ventana, tus lunas de media tarde.
Más cuando cierro los ojos, y la noche se hace grande.
Más cuando cierro los ojos, y la noche se hace grande.
En un ricon de ese cielo, del que no quiero olvidarme,
brilla la luz de tus ojos, aunque esa estrella, ya no arde.
Antonio Villegas Martín
14/06/24
brilla la luz de tus ojos, aunque esa estrella, ya no arde.
Antonio Villegas Martín
14/06/24
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