Hoy, ahora, esta mañana, es un buen momento,
¡Desde que tu llegaste! creo que siempre, ha sido un buen momento.
Para hablarte de lo mío, porque ni siquiera todavía sé si alguna vez llegó a ser lo nuestro.
Yo, una roca de amor, sin rendijas ni hueco, en mitad de un desierto.
¡Aprendí que a llorar, se lloraba para adentro!
¡Aprendí que era así, no mostrar sentimientos.
Yo jamás quise hablar, ni decir del amor, ni de risas ni miedos,
de las cosas que siento. Me lo enseñaron así, por la gente, la vida, por la fuerza del viento.
Una roca impasible, que perdura al tiempo, resignado a lo oscuro
solo dureza y tiempo.
Tú, mariposa de amor, portadora de vida, de colores, fragancias, de alegrías, de momentos. Te posaste en mi piel, ¡fue tan solo un momento! Un momento de luz, ¡la luz de tu beso!
Con tus frágiles alas, sin temores ni miedos. Me trajiste alegria. Me trajiste el amor, a pesar de la daga que escondia en su pecho.
Yo una piedra sin luz, solo pude crecer un poquito hacia el cielo, para mirarte a Tí. Para verte partir, para darte mi sombra, que pudieras volar, protegerte del viento... Mientras tú con tu fuerza, acercaste a mi lado la luz de un momento.
¡Ahora vivo en tu luz! ¡Aunque pueda durarme tan solo un momento! Y aunque soy una piedra, quiero tener alas para volar tras de ti y vivir en tu sueño.
¡Que importa que al despertar se haya roto mi sueño!
Tú, ya me enseñaste, que la luz de las cosas, son tan solo momentos.
Antonio Villegas Martín
10/08/25
Jenny
ResponderEliminarMuy bonito
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