se tiñen de blanco,
y laderas suaves,
que perfuma el pinar.
Arroyuelos que cantan
en la noche de estrellas,
mientras van al encuentro,
de las olas del mar.
Corazones que vuelan
cual si fueran palomas,
precursores de sueños,
portadores de paz.
Hay miradas de blanco
como rosas de almendro.
¡A pesar de estos tiempos
que nos toca lidiar!
Antonio Villegas Martín
03/09/25

Un poema sublime
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