que roza en las estrellas,
y tiene una ventana,
con siete grandes hojas.
Por donde yo me asomo,
para mirar mi ciudad,
sus arboles, sus calles,
la gente paseando.
Edificios y grúas,
farolas alumbrando,
ruidos que en la noche,
ocultando su verdad.
Allá en el horizonte,
un viejo cementerio,
donde moran las almas,
que antes que nosotros,
soñaban por acá.
Vuelos de gaviotas,
surcando terso cielo,
buscando en la distancia,
el reflejo azul del mar.
Yo habito esta casa,
que roza las estrellas,
aunque no puedo verlas,
el humo de los coches,
las tiene secuestradas.
Mas esa gran ventana,
que tiene tantas hojas,
me deja ver la luna,
el vuelo de los pájaros.
Y allá en la distancia,
nubes de terciopelo,
el claro azul del cielo,
reflejándose en el mar.
Antonio Villegas Martín
-tiempos de pandemia-
¡Muy bonito!, que envidia no tener una ventana con tantas hojas...
ResponderEliminar